En España 1 de cada 3 menores vive en situación de pobreza. Es un dato que hemos repetido en estos años porque nos parece alarmante. También hemos subrayado en reiteradas ocasiones lo que puede suponer la pérdida de tanto talento para la sociedad. Lo que hasta ahora no se había contabilizado es cuánto cuesta la pobreza infantil a España.
Exactamente 63.079 millones de euros. Este es el coste anual de la pobreza infantil en España, una magnitud que equivale al 5,1% del PIB español de 2019. Estas son las conclusiones del estudio “El coste de la pobreza infantil en España” que mide, por primera vez, el impacto económico del problema y que han realizado el Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil, en colaboración con Fundación “la Caixa”, la Universidad de Alcalá (Madrid) y la Pompeu Fabra de Barcelona.
El estudio detalla que la pobreza infantil tiene principalmente dos efectos. Por un lado, provoca que se obtengan menores ingresos cuando se es adulto, por otro, aumentan los riesgos de sufrir enfermedades.
Las personas que han estado en situación de pobreza en sus primeros años de vida ganan 5.130 euros brutos menos al año. Esto se debe a que tienen un 28% menos de probabilidades de alcanzar un nivel de estudios superior, un 12% menos de probabilidades de trabajar con contratos indefinidos y un 14% más de hacerlo con contratos temporales. Además, tienen un 36% más de probabilidades de sufrir sobrepeso y son un 12% más propensas a sufrir depresión, que las personas que nunca la hayan padecido.
Otro dato interesante es el entorno de los niños que viven en situación de pobreza. Antes de la crisis económica de 2008, casi uno de cada dos vivía en el sur de España. La distribución ha cambiado y actualmente uno de cada tres niños viven en algunas de las regiones más ricas, como en Cataluña que ha pasado del 10% al 19%, o en la Comunidad de Madrid del 13% al 17%.
Por lo tanto, frenar la pobreza infantil, además de ser una cuestión de justicia social, también lo es de inteligencia colectiva, ya que crecer en pobreza tiene costes a largo plazo, no solo a nivel individual, sino también para el conjunto de la sociedad.
Si quieres colaborar a frenar esta situación, puedes hacerlo haciéndote socio/a de Balia o realizando una donación.